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Liam Lawson firmó en Bakú su mejor resultado en Fórmula 1. El neozelandés cruzó quinto tras una actuación sólida, con más de veinte vueltas impecables en las que defendió su posición frente a rivales de mayor experiencia. Un paso clave en su búsqueda de estabilidad dentro de la estructura Red Bull.
El piloto de Hastings había vivido un inicio complicado en 2025. Tras reemplazar a Checo Pérez en el equipo principal, no cumplió con las expectativas y fue relegado a Racing Bulls. Sus primeras carreras en Australia y China fueron decepcionantes, con abandonos y clasificaciones muy discretas.
Desde entonces, Lawson ha ido levantando su nivel. Un sexto lugar en Austria marcó el cambio de tendencia y el quinto puesto en Azerbaiyán confirma su crecimiento. Aunque lejos del podio, mostró temple, decisiones acertadas en boxes y una defensa férrea frente a Antonelli y Mercedes.
El joven neozelandés suma así 39 puntos, apenas a nueve de su compañero Hadjar y con ventaja de diez sobre Tsunoda. Aunque aún se discute su futuro en la escudería, actuaciones como la de Bakú lo acercan a mantenerse entre los 22 pilotos del 2026.
Su estilo agresivo sigue dando de qué hablar. Incidentes como el toque con Alonso en Miami o la maniobra contra Sainz en Zandvoort lo acompañan. Sin embargo, cuando conjuga velocidad con limpieza, Lawson demuestra ser un rival difícil de superar y capaz de defender resultados valiosos.
La conclusión es clara: salir del Red Bull principal terminó dándole espacio para madurar. Ahora, desde Racing Bulls, Liam Lawson demuestra que aún tiene mucho que ofrecer en la Fórmula 1. Con el calendario avanzando hacia América, todas las miradas estarán puestas en lo que haga la escudería en próximas citas como el GP de México, donde además crece el interés por apostar en el Gran Premio de México.