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Cadillac dio un paso clave en su camino hacia la Fórmula 1 al superar con éxito una de las pruebas técnicas más exigentes del campeonato: el crash test de la FIA. La aprobación permite al equipo estadounidense continuar sin contratiempos con el desarrollo de su monoplaza de cara a la temporada 2026, un avance que tiene impacto directo en la seguridad y planificación deportiva de pilotos como Sergio “Checo” Pérez y Valtteri Bottas.
El visto bueno llegó tras completar las pruebas de homologación obligatorias que exige la Federación Internacional del Automóvil, un proceso indispensable para que cualquier escudería pueda validar el diseño estructural de su coche. Cadillac, al igual que Alpine, logró superar estos ensayos sin observaciones, lo que le permite mantener el calendario previsto para su debut en la máxima categoría.
Un examen clave para el debut de Cadillac en la Fórmula 1
El crash test forma parte del reglamento técnico de la FIA y evalúa la capacidad del monoplaza para proteger al piloto ante distintos tipos de impacto. Las pruebas incluyen colisiones frontales y traseras, así como ensayos específicos sobre el monocasco y la estructura que rodea la caja de cambios.
En el caso de Cadillac, las evaluaciones se centraron en la resistencia del chasis y en la capacidad del coche para absorber impactos de alta energía. Según explicó Graeme Lowdon, director del equipo, las pruebas se completaron a principios de diciembre y abarcaron tanto la parte trasera del vehículo como el monocasco.
Superar esta fase implica que el diseño cumple con los estándares mínimos de seguridad y que no es necesario realizar modificaciones estructurales de emergencia, algo que suele retrasar proyectos nuevos y elevar considerablemente los costos.
Qué se evalúa en el crash test de la FIA
Las pruebas de choque de la Fórmula 1 son extremadamente específicas. En impactos frontales, el chasis debe soportar fuerzas superiores a 50G sin comprometer la integridad del habitáculo. En la zona trasera, se simula el impacto de un objeto sólido de gran peso proyectado a alta velocidad contra la estructura del coche.
Además, se analiza la resistencia del monocasco, considerado el núcleo de seguridad del monoplaza. Cualquier fallo en estas pruebas obliga a rediseñar componentes clave, algo especialmente delicado para una escudería que debuta desde cero, como Cadillac.
Lowdon destacó que aprobar estas pruebas en una fase temprana es un logro significativo, sobre todo teniendo en cuenta los desafíos actuales de diseño, como la reducción del peso mínimo de los coches para 2026.
Un alivio para Checo Pérez y el proyecto Cadillac F1
Que Cadillac haya superado el crash test representa un alivio importante para el proyecto deportivo que involucra a Checo Pérez. En términos prácticos, elimina el riesgo de retrasos en el desarrollo del monoplaza y permite avanzar hacia las pruebas programadas para inicios de 2026.
De no haber aprobado, el equipo habría tenido que rediseñar el coche, retrasar los test y replantear parte de su calendario, lo que habría afectado directamente la preparación de sus pilotos. Ahora, Cadillac F1 tiene luz verde para continuar con las pruebas de invierno y las sesiones de pretemporada previstas en Europa.
Un proyecto ambicioso, pero aún con desafíos
Aunque el avance es significativo, desde el propio equipo reconocen que el reto apenas comienza. El desarrollo del monoplaza implica la coordinación de decenas de miles de componentes, muchos de ellos fabricados o subcontratados a distintos proveedores.
Lowdon subrayó que cualquier retraso en la cadena de producción podría impactar en la capacidad del equipo para probar o competir en igualdad de condiciones. Sin embargo, superar las pruebas de seguridad en esta etapa refuerza la confianza interna y consolida el rumbo del proyecto.
Con este primer gran examen superado, Cadillac F1 y Checo Pérez avanzan un paso más hacia una temporada 2026 que promete ser una de las más transformadoras en la historia reciente de la Fórmula 1.
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