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BySimon Pilkington
Nov 24, 2025
Checked byAdam Pilkington
Trent Alexander-Arnold en problemas con el Real Madrid

Cuando el Real Madrid esperaba que Trent Alexander-Arnold acelerara su proceso de adaptación para ocupar con autoridad el lateral derecho, el inglés ha entrado en una fase preocupante. Su rendimiento está por debajo de lo esperado para un fichaje de su jerarquía, muy lejos del nivel que mostró durante años en el Liverpool y en la selección inglesa. El empate ante el Elche ha encendido las alarmas: perdió 25 balones, una cifra que en el club blanco no se veía desde abril, y que confirma que su momento actual está bajo una lupa cada vez más exigente.

El contexto no podía ser más favorable para él. Dani Carvajal volvió a pasar por quirófano por una artroscopia en la rodilla derecha y quedó prácticamente descartado para lo que resta de 2025. Ese escenario abría un hueco perfecto para que Trent se consolidara, justo cuando él regresaba de una lesión muscular que lo había mantenido varias semanas alejado de los terrenos de juego. Xabi Alonso llegó a verbalizar su confianza en la previa del partido, asegurando que “habían aprovechado el parón con él” para ponerlo a punto. Sin embargo, la realidad en el Martínez Valero fue otra.

Una actuación llena de dudas

El registro de 25 pérdidas no solo es llamativo por lo cuantitativo; también lo es por lo cualitativo. Muchas de ellas se produjeron en zonas comprometidas, en acciones en las que Trent optó por centros precipitados o conducciones innecesarias. Su tendencia al envío lateral o al balón colgado al área, uno de sus recursos más característicos en la Premier League, se ha vuelto predecible en el Real Madrid. Ante el Elche puso 18 centros, una cifra altísima comparada con el siguiente jugador del equipo, Carreras, que apenas realizó tres. Güler, por detrás, terminó con dos.

El contraste es evidente: un jugador con un pie privilegiado pero cuyo patrón se repite hasta volverse plano. Y, como ocurre en muchos laterales ofensivos, cuando la producción con balón no marca diferencias, el foco se desplaza al trabajo defensivo, donde tampoco ha logrado afianzarse.

Errores en defensa y un lenguaje corporal revelador

El gol de Febas sintetiza bien su situación. La acción lo muestra quedándose a mitad de camino, superado a la espalda y llegando tarde a la cobertura. La rabia con la que golpeó el balón después del 1-0 es la expresión de alguien consciente de su responsabilidad. En defensa, sufre en los duelos individuales, algo que se ha repetido incluso ante equipos con menor peso ofensivo. Y esa fragilidad es especialmente visible ahora, cuando el equipo necesita que su lateral derecho sea fiable en todas las fases del juego.

En el análisis global de la temporada del Real Madrid, reflejado también en herramientas habituales como la tabla la liga española, la posición del equipo es sólida, pero la irregularidad en algunos puestos —incluyendo el que ocupa Trent— impide que la estructura defensiva se consolide por completo. No es un tema menor: a estas alturas del curso, otros candidatos europeos ya muestran una mayor estabilidad en posiciones clave, como puede verse incluso comparando con datos de la tabla de la Champions League 2025.

Tiempo, confianza… y presión

Trent necesita tiempo, y el club está dispuesto a dárselo. La adaptación al fútbol español no siempre es inmediata, especialmente para jugadores que llegan de la Premier League, donde el ritmo, los espacios y el impacto físico son distintos. Su historial en Inglaterra, donde fue protagonista recurrente incluso en las listas de Premier League goleadores por la cantidad de asistencias que generaba, respalda la idea de que tiene potencial para ser diferencial en el Real Madrid. Pero ese potencial todavía no ha aparecido.

Por ahora, la impresión es clara: cada partido suyo está siendo examinado con lupa. Y mientras Carvajal continúa recuperándose, Trent deberá responder con hechos, no con expectativas. La temporada avanza, el margen se acorta y el inglés, aunque tenga talento y tiempo, está obligado a demostrar que puede ser más que una apuesta. Tiene que convertirse, al fin, en una certeza.