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A pocos días de iniciar los cuartos de final del Apertura 2025, el Club América vuelve a colocarse en el centro de la conversación. El equipo de André Jardine, vigente tricampeón del futbol mexicano, se prepara para enfrentar nuevamente a los Rayados de Monterrey, el mismo rival al que derrotó en la final Liga MX del Apertura 2024. Aquella victoria marcó un hito: fue el tercer título consecutivo en la era de torneos cortos, una hazaña que ningún otro club había logrado. Sin embargo, para Allan Saint-Maximin, esa noche histórica es apenas una referencia. El delantero francés, pieza clave en este semestre, aún no sabe lo que es levantar un trofeo en México y está decidido a cambiarlo.
Saint-Maximin llegó al América con la expectativa de convertirse en uno de los atacantes más desequilibrantes del torneo. Su inicio fue prometedor, pero las últimas semanas no han sido sencillas para él ni para el equipo. Las lesiones de Henry Martín y la irregularidad de hombres como Raúl “Pantera” Zúñiga y Rodrigo “Búfalo” Aguirre han obligado a Jardine a modificar constantemente la alineación. A esto se suma que el propio francés ha lidiado con molestias físicas que frenaron su continuidad. Aun así, su rol no ha perdido importancia dentro del vestuario ni en la planificación para la Liguilla.
En entrevista con el programa Línea de Cuatro de TUDN, Saint-Maximin analizó el reto inmediato: los Rayados. Monterrey terminó el torneo como uno de los equipos más sólidos y regresa a la serie con la memoria fresca del duelo que protagonizaron en la fase regular. “Será un partido difícil”, reconoció el atacante. Recordó que el encuentro disputado en el Estadio BBVA pudo haberse complicado desde el inicio: “Casi perdemos 3-0 en el primer tiempo, finalmente fue 2-0 y regresamos para empatar 2-2. Fue un partido muy difícil, así que esperamos que sea igual”.
El análisis no se quedó en lo táctico. Saint-Maximin enfatizó que el América no puede permitirse los mismos errores, particularmente en el arranque de los partidos. “Sabemos que es diferente, porque no podemos empezar así ni conceder un gol tan temprano. Será muy difícil regresar si concedemos demasiados goles”, comentó. La idea del grupo es clara: reducir al mínimo los lapsos de desconexión que les costaron puntos durante el torneo. En la Liguilla, donde el margen de error es estrecho, la concentración será determinante.
El francés también habló del ambiente interno y la fortaleza que ha encontrado en el plantel. “Estamos listos para defender, listos para luchar como equipo, como hermanos. Eso es lo que hacemos ahora, por eso pasamos tiempo juntos”, explicó. Sus palabras reflejan el discurso repetido por Jardine desde su llegada: cohesión, sacrificio colectivo y mentalidad competitiva. Para Saint-Maximin, esa unión será la clave para contrarrestar la potencia ofensiva de Monterrey, uno de los ataques más equilibrados del campeonato.
El calendario ya está definido. La ida se jugará el miércoles 26 de noviembre en el Estadio BBVA, una de las plazas más complicadas del país, mientras que la vuelta se disputará el sábado 29 en el Estadio Ciudad de los Deportes, sede temporal del América mientras avanza la remodelación del Estadio Azteca. Será en casa, ante su afición, donde Saint-Maximin buscará mostrar su mejor versión y dar un paso firme hacia el título que tanto anhela.
A un año de aquel enfrentamiento que definió la final Liga MX, la historia vuelve a cruzar a América y Monterrey en un momento decisivo. El tricampeón llega con dudas, sí, pero también con una convicción fuerte: defender su hegemonía con la misma determinación que los llevó a lo más alto. Y en ese camino, Saint-Maximin promete ser uno de los jugadores que dará todo para mantener vivo el sueño azulcrema.
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