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La Selección mexicana regresa al escaparate mundial en Chile 2025 después de su ausencia en Argentina 2023. Para los aficionados, esta edición significa mucho más que un torneo juvenil: es la oportunidad de recuperar protagonismo en una categoría donde históricamente han sabido competir y descubrir talentos que luego brillan en la selección mayor.
Con esta participación, México suma ya 17 presencias en la Copa Mundial Sub-20. Su mejor recuerdo sigue siendo el subcampeonato de 1977, cuando cayó ante la Unión Soviética, y la medalla de bronce obtenida en 2011, con una generación que ilusionó a todo el país. Desde entonces, la Tri ha tenido actuaciones intermitentes, pero siempre se mantiene como un contendiente incómodo para cualquiera.
El regreso a Chile 2025 llega precedido de un proceso clasificatorio impecable. México se consagró campeón del torneo de CONCACAF, primero eliminando a Costa Rica en semifinales y luego derrotando a Estados Unidos en la final por 2-1. Ese resultado no solo aseguró el boleto, sino que también envió un mensaje claro: la nueva camada de jugadores está lista para competir al más alto nivel.
Un grupo de máxima exigencia
El sorteo no fue benévolo. México compartirá el Grupo C con tres rivales de enorme peso: Brasil, España y Marruecos. La dificultad es evidente, pero también lo es la oportunidad de mostrarse ante selecciones de talla mundial.
- 28 de septiembre (20:00, Estadio Nacional, Santiago): debut frente a Brasil, un clásico de categoría juvenil.
- 1 de octubre (17:00, Estadio Nacional, Santiago): choque contra España, actual campeona europea Sub-19.
- 4 de octubre (17:00, Estadio Elías Figueroa Brander, Valparaíso): cierre ante Marruecos, equipo africano en constante crecimiento.
El formato es claro: avanzan los dos primeros de cada grupo y los cuatro mejores terceros. La Tri sabe que cada gol puede ser determinante, ya sea para escalar posiciones o para asegurar el pase como uno de los mejores terceros.
Mercado de apuestas y expectativas
Para quienes siguen el torneo desde una óptica analítica, los mercados de apuestas ya muestran escenarios interesantes. Brasil y España parten como favoritos del grupo, mientras que México aparece con momios más altos, lo que convierte a la Tri en una opción atractiva para quienes buscan cuotas de valor al apostar en el Mundial Sub-20.
El rendimiento en la clasificación y la capacidad ofensiva que mostraron los jóvenes mexicanos respaldan esa visión: pueden sorprender a cualquier rival si mantienen orden defensivo y efectividad en el área rival. Un empate con Brasil o una victoria frente a Marruecos podrían ser suficientes para abrirle camino a la fase de octavos.
Un escaparate para el futuro
Más allá de los resultados inmediatos, este torneo representa un escaparate para futbolistas que aspiran a llegar a la Primera División y consolidarse en los mejores equipos de la Liga MX. La experiencia de enfrentar a potencias europeas y sudamericanas forja carácter y permite que el fútbol mexicano se nutra de jugadores más completos y competitivos.
La ilusión está puesta en Santiago y Valparaíso. México llega sin la presión de ser favorito, pero con el hambre de escribir una nueva página en su historia Sub-20. La afición espera que este camino sea el inicio de una generación dorada capaz de dejar huella en el torneo y, por qué no, de acercarse a esa ansiada primera estrella mundialista.