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Los Indiana Pacers han vuelto a hacer historia. En su primer partido como locales en unas Finales de la NBA en 25 años, los dirigidos por Rick Carlisle impusieron condiciones desde el segundo cuarto y vencieron por 116-107 a los Oklahoma City Thunder en el Juego 3, tomando una ventaja de 2-1 en la serie por el campeonato.
A diferencia de los encuentros disputados en Oklahoma, Indiana no necesitó milagros de último segundo ni exhibiciones individuales para lograr la victoria. Esta vez lo hicieron con un planteo colectivo, físico y asfixiante, que neutralizó la explosividad de los visitantes y desató la locura en el Gainbridge Fieldhouse.
Un inicio parejo que cambió con el banquillo
El primer cuarto mostró a los Thunder más cómodos, con un Chet Holmgren activo en ambos lados de la cancha y Jalen Williams generando espacios. Pero todo cambió cuando entró T.J. McConnell. El base suplente se convirtió en el catalizador de un cambio de ritmo brutal.
En apenas segundos del segundo cuarto, McConnell asistió, robó, volvió a asistir y transformó cada posesión en una amenaza directa. Su impacto contagió a los locales y desestabilizó por completo la defensa rival. La intensidad defensiva subió varios escalones, y Oklahoma City, que hasta ahora había lucido como el equipo más atlético de la postemporada, comenzó a quedarse sin aire.
El efecto Mathurin
La otra gran figura inesperada fue Bennedict Mathurin, quien sumó 27 puntos con un 75% de efectividad en tiros de campo. Cada vez que tomó el balón, impuso su agresividad al atacar el aro y convirtió en inútiles los esquemas defensivos de OKC. Su entrada rompió la paridad y sumó una vía de anotación que los Thunder no supieron frenar.
Con Mathurin y McConnell liderando el empuje desde el banco, los Pacers comenzaron a construir una ventaja sostenida que no soltarían hasta el final.
Shai, acorralado
Si hay un dato que refleja el esfuerzo defensivo de Indiana es el desgaste de Shai Gilgeous-Alexander. El MVP de la temporada fue perseguido sin descanso por Nembhard, Nesmith y Sheppard, y aunque anotó, lo hizo con mucho esfuerzo y sin fluidez.
Privados de su principal generador, los Thunder se vieron obligados a delegar responsabilidades ofensivas en Jalen Williams, quien estuvo a la altura, pero no pudo compensar las pérdidas constantes ni el desbalance en el rebote defensivo.
Turner y Nesmith cierran la puerta
En los minutos finales, cuando OKC intentaba un último empuje, emergió Myles Turner como ancla defensiva. Su presencia en la pintura forzó tiros incómodos y aseguró rebotes claves. Luego, un triple de Aaron Nesmith estalló el estadio y sentenció el juego.
Con esta victoria, los Pacers no solo se colocan 2-1 arriba, sino que también lanzan un mensaje claro: no están en estas Finales por casualidad. El Juego 4, que se disputará el viernes 14 de junio, será vital para Oklahoma, que necesita empatar la serie para no regresar a casa con una desventaja casi letal.
Jugadores destacados del Juego 3
- Tyrese Haliburton: más agresivo desde el arranque, sumó puntos importantes y mejoró el flujo del ataque colectivo.
- T.J. McConnell: cambió el ritmo del partido con su presión defensiva, robos y asistencias.
- Bennedict Mathurin: figura inesperada con 27 puntos en una actuación casi perfecta.