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Fernando Gago atraviesa un momento crítico como entrenador de Boca Juniors, luego de que el equipo quedara eliminado de la Conmebol Copa Libertadores 2025 en la segunda fase previa. El ex director técnico de Chivas había sido presentado como una apuesta fuerte por parte de Juan Román Riquelme para devolver al Xeneize a lo más alto del continente, pero los resultados han estado lejos de las expectativas.
La eliminación frente a Alianza Lima, en una serie que terminó 2-2 en el global y se definió por penales en La Bombonera, encendió las alarmas en el club. No solo por el resultado en sí, sino también por las decisiones tácticas de Gago, entre ellas la salida de Agustín Marchesín antes de los penales. Esta decisión generó indignación entre los hinchas, que ya venían cuestionando el rendimiento del equipo en la temporada local.
Riquelme en el centro del dilema
Riquelme, quien apostó personalmente por Gago tras su paso por la Liga MX, ahora enfrenta una encrucijada. Por un lado, el contrato del entrenador está vigente hasta diciembre de 2026, lo que implica una elevada compensación en caso de despido. Por otro, la presión de los hinchas y la falta de resultados hacen que la continuidad del DT penda de un hilo.
Esta es la segunda temporada consecutiva en que Boca queda fuera de la Copa Libertadores, un golpe durísimo para un club que tiene la competición como uno de sus principales objetivos. La posibilidad de clasificar al Mundial de Clubes también se esfuma, lo que representa otro golpe a las aspiraciones deportivas y económicas de la institución.
El futuro inmediato en juego
Tras su paso accidentado por la Liga MX, Gago ha intentado implementar un estilo de juego ofensivo y de tenencia, pero no ha logrado consolidar una identidad fuerte. Las críticas también apuntan a la falta de variantes en los planteos, y a una gestión de vestuario que no ha convencido ni a jugadores ni a ex referentes del club.
La opinión pública está dividida. Mientras algunos piden paciencia y continuidad para el proyecto, otros consideran que el ciclo de Gago está terminado y que Boca necesita un cambio urgente. En medio de esta tensión, las redes sociales se han convertido en el termómetro de una hinchada dolida, que pide respuestas a gritos.
Por ahora, la dirigencia no ha tomado una decisión definitiva. Pero la agenda del club sigue y los resultados inmediatos en la Liga Profesional y otras competencias podrían inclinar la balanza. La posibilidad de regresar a la Copa Libertadores en 2026 ya es un objetivo de máximo alcance, y dependerá del rendimiento de Boca en lo que queda de la temporada.
La situación de Fernando Gago pone en evidencia la volatilidad del fútbol sudamericano y las altas exigencias que impone un club como Boca Juniors. Mientras tanto, Riquelme medita en silencio. Sabe que su decisión marcará no solo el futuro del DT, sino también su propio legado en el club.
Los próximos partidos podrían ser decisivos. Y en la Bombonera, donde la pasión se vive al límite, el margen de error ya es casi inexistente. Si Boca no logra enderezar el rumbo, el ciclo de Fernando Gago podría llegar a su fin antes de lo previsto.