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Shohei Ohtani está firmando otra temporada histórica con los Dodgers de Los Ángeles, pero su favoritismo para el MVP de la Liga Nacional no es absoluto. Con 45 jonrones, 85 impulsadas y un OPS cercano al 1.000, el japonés se mantiene entre los mejores bateadores, a lo que suma 44 ponches y una efectividad de 4.18 en 32.1 entradas como lanzador. Su WAR de 5.8 lo sostiene entre los cinco jugadores más valiosos de la liga.
El problema es que Kyle Schwarber ha irrumpido como una amenaza seria. El cañonero de los Phillies suma 49 cuadrangulares y 119 carreras producidas, además de igualar un récord histórico al conectar cuatro jonrones en un mismo partido. Su poder ofensivo ha reavivado la conversación en torno al premio, especialmente porque representa una “nueva historia” frente a un Ohtani que ya acumula múltiples galardones.
A esto se suma el llamado “cansancio de los votantes”, esa tendencia en la que los electores del MVP evitan repetir al mismo ganador año tras año. Aunque las métricas siguen respaldando a Ohtani, la narrativa mediática y el peso de la novedad podrían abrirle la puerta a Schwarber en la recta final de la campaña.
Todo dependerá de cómo cierren ambos en septiembre. Si Ohtani mantiene su ritmo con el bate y logra salidas de calidad desde el montículo, difícilmente alguien le arrebatará el trofeo. Pero si su rendimiento cae y Schwarber mantiene la explosión ofensiva, el desenlace podría ser distinto. Para los apostadores, este mano a mano convierte al MVP en uno de los mercados más interesantes de la recta final de la temporada y refuerza el atractivo de las mejores apuestas MLB.