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El equipo austriaco, que había marcado un camino de dominio con Max Verstappen como pilar indiscutido, ahora se ve obligado a enfrentar las consecuencias de sus decisiones del pasado. La salida de Pérez —con quien habían ganado títulos y consolidado una dupla competitiva— parece hoy un error estratégico, tras los malos resultados acumulados por Tsunoda en 2025.
El consejero deportivo y “mano dura” del equipo, Helmut Marko, lo reconoció sin rodeos: “El problema es el piloto, y después del Gran Premio de México 2025 tomaremos una decisión sobre quién será el compañero de Max en 2026”. Con esa frase, marca el verdadero punto de inflexión: la culpa ya no se atribuye al coche o a la estrategia del equipo. Es un reconocimiento implícito de que desechar a Pérez —un piloto probado en victorias— fue un paso falso.
El detonante más evidente ha sido el bajo rendimiento de Tsunoda: solo ha sumado puntos en seis Grandes Premios en 2025, mientras que el equipo quedó lejos de luchar por el campeonato de constructores. Marko lo enfatizó tras la clasificación del Gran Premio de Estados Unidos: “Es triste cuando tenemos a un piloto en la pole y el otro ni siquiera pasa a la Q2”. Allí, la brecha entre Verstappen y su compañero fue más que evidente.
Pérez, desde fuera del equipo, observa cómo lo que era una de las grandes fortalezas de Red Bull —la estabilidad de su segundo asiento— se ha transformado en un dolor de cabeza. Y mientras la temporada avanza hacia los rondas finales del Fórmula 1 calendario 2025, la atención ya está puesta en quién ocupará ese puesto para 2026. Hasta entonces, cada velocidad, cada clasificación y cada pole en Ciudad de México tendrá un nuevo matiz: el de la redención o la confirmación de un gran error estratégico.